‘Echo’: Un pequeño tanque de oxígeno para la desgastada línea del MCU
Nadie tiene duda de que el mundo de los superhéroes está enfrentando una crisis. El Universo Extendido de DC concluyó con más pena que gloria, esperando ahora su reinicio de mano de James Gunn mientras que Marvel Studios se ha perdido en un mar de cintas, series y personajes en los que han descuidado su narrativa, salvo por escasas excepciones en dos fases cuyo balance es más desastroso que armónico.
Para tratar de contrarrestar las malas críticas y recepciones de la audiencia, este año Marvel apuesta por el sello Spotlight, inspirado en el concepto nacido desde los cómics en 1971, donde probaban la creación de personajes que podrían no ser del todo atractivos.
El primer paso de este sello aplicado a las series de televisión del MCU llega con Echo, quien hizo su primera aparición en la infravalorada serie de Hawkeye (2021) y ahora tiene la oportunidad de crear interés en una audiencia que apelaba a la diversificación de los relatos propuestos por el estudio.
La alternativa ofrece un resultado interesante al querer recuperar los elementos de las series creadas previamente por Netflix, especialmente Daredevil (2015) y Punisher (2017), dándole presencia a una heroína que no dependerá de la espectacularidad, los grandes presupuestos y el exceso del CGI, sino en una acción más realista que buscará explorar personajes menores que se desarrollen en su propio contexto.
Después de tomar una dura decisión en Nueva York contra su protector, Wilson Fisk (Vincent D’onofrio), Maya Lopez (Alaqua Cox) decide viajar a su ciudad natal, Oklahoma, en busca de consolidarse como la nueva “Reina del Crímen”. Sin embargo, el regreso de un personaje que marcó su pasado como criminal así como su reconexión con sus raíces nativas americanas harán que Echo cambie su perspectiva de la vida, dejando caer la venganza sobre aquellos que dañaron a su familia mientras ella abraza su destino como una nueva heroína que hará todo lo posible por defender a su comunidad.