Justina, una mujer que ama el oficio de repartir en moto periódicos
En los tiempos en que los diarios ganan terreno en lo digital y cada vez más se leen menos en papel impreso, Justina es la encargada de supervisar que un grupo de repartidores hagan que EXCÉLSIOR llegue a su destino, a diario, puntualmente y sin excepción.
Justina vive en Tultitlán, al norte del Valle de México. Todas las madrugadas monta su motoneta y se dirige hacia la Vía López Portillo, San Bartolo, Vía Gustavo Baz, Río San Joaquín y Sullivan hasta llegar a la esquina de la información en Reforma y Bucareli.
“Hay muchos carros que andan… los conductores ya tomados, y en ese sentido sí hay que tener cuidado” (…) “Somos pocas mujeres y la muestra es que por ejemplo se hace tres o cuatro años había varias mujeres, ahora soy la única que quedó”, explicó Justina.
Son las dos de la madrugada y esta mujer comienza a recibir los diarios recién impresos y a distribuir los que deberá llevar cada uno de los cuatro repartidores que tiene a su cargo.
Justina tiene una larga experiencia en reparto de diarios en diversas casas editoriales de la capital del país y desde hace cerca de 20 años inició su labor de repartir el Diario de la Vida Nacional.
Hace poco más de un año se ganó su derecho de tener a su cargo un grupo de repartidores.
“Tengo cuatro repartidores, y los fines de semana me puedo ir con ellos. Ellos se van primero, yo los voy siguiendo, checo la ruta (…) Yo como supervisora debe de conocer y saberme la ruta al día parque cuando ellos falten, por ejemplo, hoy no podría venir uno de ellos y yo lo tengo que ir a hacer entonces tengo que tener reconocida la ruta de cada uno de ellos”, explicó Justina, menudita, de risa fácil, y quien se mueven con ligereza entre los repartidores.
Madre de tres hijos, Justina aprendió a que su trabajo le permite mantenerlos, sacarlos adelante y, además, mostrarles que en la vida hay que respetarse a sí mismo y a los demás, en especial por ser mujer.
Justina es de las pocas mujeres que aún se dedican al oficio de repartidor de periódicos, ha sufrido caídas, tienen varias lesiones, y por ello se ha ganado el respeto de todos con quienes convive.
“Andando en la moto muchas veces me han faltado al respeto, los carros, cuando uno trata de ir despacio se avientan a uno, y obviamente igual y no saben que uno es mujer. Pero ya con las personas siento que conmigo en lo personal han sido muy respetuosos, a lo mejor mis compañeros, mis jefes con todos los que convivo en el trabajo, pero sí he sabido de otras mujeres que les faltan al respeto, que han sido agredidas, que han sido denigradas, pero en esa parte siento que respeto para que me respeten.
“Yo siempre el respeto me lo he ganado y dicen que en lo de pedir las cosas está el darlas, así soy con ellos, sí son respetuosos”, comentó Justina, siempre atenta a los grupos de diarios, que estén bien encartados, que lleven la revista dominical.
Justina, ya de edad madura sabe que en el trabajo y en la vida hay que levantarse una y otra vez, y ser prudentes siempre para llegar lejos.
“Aunque uno también corre menos, anda uno más despacito y pues es un caminar, día a día, aprender y respetar más que nada nuestras vidas, porque sí es un peligro la calle.
“Me encanta, es mi trabajo, lo amo”, dijo Justina a mitad de una madrugada más de trabajo.