Alerta obispo Rangel por probable aumento de la violencia en Chilpancingo
- El responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa reveló que un grupo delictivo “inyectó una fuerte cantidad que nos va a costar muy caro en la inseguridad” en la capital del estado
Jesús Saavedra
Se vienen tiempos en los que México, Guerrero y municipios no serán gobernados por los políticos, “seremos gobernados por los narcos, porque ha habido muchos acuerdos”, advirtió el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien alertó que podría haber un aumento de la violencia en la capital del estado debido a que un grupo delictivo “inyectó una fuerte cantidad que nos va a costar muy caro en la inseguridad”.
Además, dijo que recientemente un grupo del crimen organizado mandó llamar a un alcalde electo, con quien ya “van a hacer la transa”, pero no reveló la identidad del aludido.
Estas delicadas afirmaciones delicadas, las hizo el prelado durante la misa que encabezó este martes a las 6 de la tarde en la Catedral de la Asunción de María, en Chilpancingo, para pedir por el regreso sano y salvo del ingeniero Alberto Castañón Flores, desaparecido desde el pasado 18 de junio.
En la liturgia que fue transmitida en vivo por la cuenta de Facebook de la citada Catedral, el obispo dijo que parecía que se estaban “calmando las cosas en Guerrero, pero con eso que está sucediendo en Iguala, la semana pasada hubo 12 muertos y todos los días hay muertos en Iguala y otros lugares; ya volvió ocupar Guerrero el cuarto lugar de asesinatos”.
Añadió que “Dios quiera que nosotros aprendamos a apreciar la vida, a defender la vida, que seamos conscientes que el valor más grande que tenemos es la vida y sobre ese valor se fundan los demás derechos y todos los demás valores”.
Rangel Mendoza informó que este martes viajó a la localidad de San Vicente, en la zona serrana de Chilpancingo; “tuve que ir porque hay muchos problemas de seguridad, iba con mucho miedo y le avisé al presidente (Antonio Gaspar Beltrán) que iba para allá y le dije por si pasa algo ya les avisé”.
Explicó que acudió a ese poblado porque ha habido hechos graves de violencia y reveló que “hace poco hubo una balacera de 3 horas y le tocó al padre Baltazar (Vega Ramos vocero de la Diócesis quien se supone estaba oficiando una misa con pobladores) y estuvieron tirados tres horas en el piso y tuvo que salir el padre Balta con la niña herida en sus brazos para que se detuvieran” los agresores.
Afirmó que hechos de violencia como esos no son justos, “tenemos derecho a la paz, a la tranquilidad; pero aquí les digo que no esperemos que todo lo haga el gobierno; es su obligación del gobierno protegernos, pero les digo que hay mucha corrupción, muchas triquiñuelas y se protegen a ciertos grupos, se protegen a ciertos intereses”.
Salvador Rangel reconoció que no le tiene gratitud al gobierno “porque he denunciado estas cosas y me da mucha tristeza que el día de hoy, un narcotraficante solicitó la presencia de un presidente municipal electo (no dijo cuál) y dije ya van a hacer la transa”.
Pero además, señaló que “me duele que en Chilpancingo se inyectó una fuerte cantidad (se infiere que desde el crimen organizado) que nos va a costar caro en la inseguridad en Chilpancingo”.
Luego recordó que hace 4 o 5 años, “Chilapa era un mar de sangre, entonces empecé ir a Chilapa con mucho miedo, hubo un tiempo que se paralizó el tráfico de Tlapa a Chilpancingo y tuve que ver mucho con echarlo a andar y me pidieron una condición: que ya no maten indígenas esos grupos y que no haya tráfico de armamento porque se estaba armando la Montaña”.
Señaló que en ese tiempo se decomisaron “tres arsenales de armas en Chilapa, quemaron dos combis que iban a Tixtla y era porque llevaban armas. Empecé ir a Chilapa con mucho miedo, pero para darle valor a la gente, y no era justo que estuviésemos bailando con la música del miedo, del terror de la inseguridad y que nos teníamos que revelarnos”.
El obispo abundó que hace tres años, en la celebración del Viernes Santo, “invité a los católicos a que salieran en la noche a la procesión del silencio y salió la mayoría de las personas, duramos 3 horas en darle la vuelta al centro de Chilapa, el sábado Santo se llenó y se rebeló la gente”.
Sostuvo que se necesita que los guerrerenses se rebelen ante la violencia, “ya no queremos más muertes, no queremos más secuestros, no queremos más lágrimas, me da mucha tristeza”.
“Creo que vienen tiempos que vamos a ser gobernados no por los políticos, vamos a ser gobernados por los narcos, porque ya ha habido muchos acuerdos y por eso le pido al gobierno federal, a la Guardia Nacional, al Ejército, a la Policía del Estado que protejan nuestras ciudades, a nuestros ciudadanos no es posible vivir así”.
También recordó que hace tres años “había muchos problemas en Chilpancingo, había muertos, había descabezados y se hizo un diálogo con ciertas personas y más o menos tranquilizamos la ciudad”.
Añadió que ahora en la capital del estado “hay eventos (de violencia) y problemas porque vienen de fuera a hacer sus fechorías”, y aseguró que “el gobierno sabe quiénes son y dónde están. Necesitamos más gobierno y más autoridad, que nos defiendan porque queremos una ciudad segura”, finalizó.